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Salud: Caminar descalza


Los zapatos muchas veces nos incomodan, fastidian, maltratan nuestros pies, etc, etc, qué duda cabe. Y,  aunque los hay cómodos (además de lindísimos), nos han hecho olvidar algo tan simple como sano: los beneficios de caminar descalzo.

En realidad, si disfrutamos de un pie sano (y una superficie apropiada) lo más natural para nuestro cuerpo es que caminamos descalzos así que ya lo sabes, ¡zapatos fuera!

¿Por qué caminar descalza?

Te presentamos solo algunas de las muchas razones de peso por las que caminar descalza.

1. Activa la circulación y previene las varices, ya que al caminar descalzos es toda la superficie de la planta la que entra en contacto con el suelo.

2. Sirve como analgésico ya que nos ayuda a combatir los dolores de espalda, reduciendo además la rigidez del cuello y previniendo las cefaleas.

3. Es altamente terapéutico, pues estimula las terminaciones nerviosas generando un efecto relajante que combate el estrés y nos permite aumentar nuestras sensaciones.

4. Estimula los órganos basándose en los efectos de la reflexología, no olvidemos que el pie está conectado neurológicamente con todos los sistemas de nuestro cuerpo.

5. Impide la proliferación de hongos y bacterias, ¿cómo es posible?, el claro y el sudor son amigos de las bacterias, ¡dejemos que nuestros pies respiren!

6. Nos protege de esguinces, el caminar descalzo facilita que se fortalezcan todos aquellos músculos pequeños y agarrotados que tenemos en nuestros pies, el resultado son unas extremidades más fuertes y con menos riesgo de esguinces.

7. Ésta última dirigida a las mujeres que son madres, en contra de lo que siempre hemos pensado, estudios recientes demuestran que aquellos pequeñines que comienzan a dar sus primeros pasos, si lo hacen descalzos (provistos, esos sí, de unos calcetines gruesos y antideslizantes) y sobre una superficie llana, regular y que les sea familiar fortalecen mejor la musculatura corrigiendo además posibles malas posturas.

Ahora que llega el verano ya no tienes excusa, ¡zapatos fuera y a disfrutar del sol!

Caminar por una playa de fina arena o un césped bien mullido son las superficies idóneas para practicar este sano y económico deporte, lo ideal es que tu pie se hunda ligeramente al hacerlo.